lunes, 30 de mayo de 2011

Pequeñas líneas rojas

Pasó toda mi infancia de una tarde para otra. Con los sueños en el horizonte y con ganas de abandonar el nido, de probar nuevas drogas y mirar nuevos horizontes. Y así fue. Esnifé nuevos olores, cometí nuevos pecados y probé las mieles de nuevos éxitos después de fracasar dos y tres veces en nuevas piedras. Estaba demasiado cerca como para poder apreciar el cuadro. Dejé pasar los años consumiendo una libertad que siempre tuve, buscando algo que creía que había encontrado y que quizás a día de hoy no sepa a ciencia cierta aún si existe.

Desde lejos, me doy cuenta de que pasé mi niñez queriendo hacerme mayor y de que voy a pasar mi juventud queriendo hacerme niño, ¿que quiero ser de pequeño?.



Magma MensInsana - Algunos días 



JimmyAttitude

jueves, 26 de mayo de 2011

Furious anger


- Eres raro. - Le dijo.
- ¿Por raro te refieres a que no soy igual que los demás? ¿A que no voy vestido con la misma ropa de Pull&Bear y Zara? ¿A que voy a un bar y no necesito restregarme con la guarra de siempre que te va a dejar con unas ganas infinitas de hacerte una paja al llegar a casa? ¿A que te hago pensar?
- Un poco, bueno... Sí.
- Pero a que por todas esas cosas, porque te hago feliz cuando hablas conmigo aunque casi no me conozcas y en esos pequeños momentos piensas que te gustaria tenerte más cerca en tu vida, que te diese consejos, que te abriese los ojos a lo real y no a la farsa que vives.
- Sí
- Pues eso, que seré raro o como quieras decirlo, pero se que así es como soy y como la gente que conozco me quiere y me valora y no pienso cambiar aunque me digas que así ligaria más.


JimmyAttitude


jueves, 19 de mayo de 2011

Made in Spain

Corría el 68' del siglo pasado. Los de mi generación todavía no habíamos nacido. Nuestro país andaba sumiso en un peregrinar dictatorial al que aún le quedaban los últimos coletazos y no había conseguido superar las cicatrices que había creado la guerra civil en las manos y corazones de todos los españoles. Mientras tanto, en el país vecino, se cimentaba uno de esos hechos históricos que llenan de gozo el pecho de los franceses y no hace más que llenar de orgullo su boca cuando recuerdan su primavera de ese año. La verdad es que nada hacía pensar lo que se estaba cocinando en las tertulias estudiantiles. Cabe destacar que Francia vivía un bienestar económico sin igual, la década de los sesenta había sido una de las más prosperas de toda la historia, aunque bien es cierto que el último año empezaba a dar síntomas de un considerable deterioro. Políticamente, los acontecimientos previos que generaron cambios profundos en la conciencia de la población fueron las represiones al pueblo argelino en París del 61 y la radicalización de las cúpulas sindicales mayoritarias. Culturalmente cabe destacar la aparición de la sociedad de consumo y la fuerte repercusión que tuvo en los medios de comunicación.
Sin embargo, el malestar que surgió entre los cimientos que sustentan una sociedad, que no es otra que su futuro (consúltese: estudiantes) por el yugo ejercido por los mercados, así como por ciertas decisiones de la derecha francesa que albergaba el poder, constituyendo así la semilla de lo que sería la grandiosa revolución de Mayo del 68'.



Cabe destacar, el seno en el que nació el movimiento, y el desarrollo de los acontecimientos, naciendo con pequeñas revueltas estudiantiles, de clara índole izquierdista, que fue ganando adeptos, generando mayor repercusión hasta tal punto de convocar huelgas generales secundadas por la clase obrera y sindicatos que minarían fuertemente tanto la economía gala como su imagen de cara a Europa. La reacción del gobierno, que desestimó la opción de acudir a las fuerzas armadas fue convocar elecciones, declinando cualquier opción de alzamiento. Una vez recuperado el poder en las urnas, y como consecuencia de las revueltas, se llevaron a cabo fuertes reformas para acallar tanto las exigencias del pueblo como las fuertes carencias del sistema.


Siempre dije que las comparaciones son odiosas, que son un cliché que no hace más que mermar el potencial del objeto, movimiento o persona que es comparado con su antecesor por culpa de unas expectativas que no siempre son acordes a lo que realmente se puede conseguir, pero no cabe duda que hay grande similitudes entre lo acaecido hace unas décadas en el país galo y lo que ocurre hoy en día en nuestro país.


No hay que ser un visionario para darse cuenta de que algo no funciona. El sistema de mercados, la globalización y el fuerte yugo del capitalismo está asfixiando a una sociedad que ha visto como en apenas un lustro ha pasado de comer caviar para celebrar la natividad a preguntar a cuanto está el medio kilo de jamón york. No es cuestión sólo de mirar la paja en ojo ajeno, gran parte de culpa es nuestra, de una manera casi arrogante. Era obvio que la burbuja inmobiliaria terminaría reventando por algún sitio y que la época de las vacas gordas con el turismo no iba a durar eternamente, más aún con la fuerte crisis global.
Pero también es cierto que otros países en una situación similar a la nuestra han sabido adaptarse y tomar medidas duras y directas para paliar ciertas consecuencias que ha provocado la economía de mercados. Siempre fui partidario de ponernos el listón alto, por lo que nuestro espejo económico debe de ser la Alemania de Angela Merkel que tan duramente nos ha criticado hace un par de días, no sin razón. Pero una vez sumidos en la profunda apatía tan típica a la que nos tiene acostumbrado el gobierno (sin hacer muestra por ningún momento de mis ideales políticos, son hechos objetivos), nuestro espejo cambia de prisma y pasa a ser una serie de países de segunda fila, como son Grecia, Irlanda o nuestra vecina ibérica de borracheras y jarana Portugal. 


La sociedad española vive un profundo malestar generado principalmente no ya sólo por la situación económica del país, que es un auténtico esperpento, si no por la apatía y falta de liderazgo de las dos cabezas visibles de la política española, el Partido Popular y el Partido Socialista, que en vez de buscar soluciones se dedica a echarse en cara quien tiene más parte de culpa en este pastel que nadie quiere y ver como poder sacar tajada de esta situación. El pueblo, que no es tonto (aunque a veces lo parezca), y es soberano, ha despertado. "¡A buenas horas! Perdón, en hora buena!". Hoy somos portada de medio mundo por un movimiento que surgió en las tan criticadas redes sociales (curioso, parece que la crítica ahora tiene su fundamento, tiene un poder que algunos supieron ver en su momento), y que aunque nadie sabe a ciencia cierta de que se trata y que soluciones aporta, lo que si pone de manifiesto es que una parte importante del pueblo ha decidido por fin manifestarse conjuntamente, más allá de colores políticos por primera vez sin que se haya conseguido la victoria en un mundial de fútbol de por medio. 


Es complicado, una chispa que surge y de la que todos se quieren apropiar carece al ser tan esporádica de unas bases y fundamentos que todos puedan adoptar como propios. Este movimiento apolítico (o al menos eso parece en principio), sienta como base unas reivindicaciones que realmente no es que sean de lo más legitimas, si no que no son para nada utópicas. Una reforma en la ley electoral es algo por lo que pocos españoles con dos dedos de frente no estaría dispuesto a manifestarse. El reparto de las riquezas y la manera de enriquecerse de muchos en este país es otro de esos puntos que deja mucho que desear. Al fin y al cabo, la base del movimiento es algo que cualquier ciudadano de a pie con valores nobles (independientemente de si es más o menos progresista, cree en Dios o le gusta el cocido) defendería. El problema surge cuando algo falla, pero no se tienen soluciones para arreglarlo. Para dar soluciones en estas cuestiones, hay que entrar en un margen político, del que se saldrían muchas personas que se manifiestan por su desacuerdo con el bipartidismo de este país, cosa muy lógica, aquí todos estamos indignados pero seguimos siendo de nuestro padre y de nuestra madre.  
La verdad es que la solución se antoja tarea ardua difícil, y con unas elecciones a la vuelta de la esquina que aparte de reavivar nuevos fantasmas (personalmente me pregunto si la izquierda no fuese a hacer el rídiculo en estas elecciones si el pueblo se hubiese levantado), pueden generar mayor o menor duda a la parte que crispación, se antoja complicado también evaluar la repercusión que puede tener el movimiento en si. Me encuentro expectante ante el devenir de los acontecimientos, si se radicaliza la movilización que se extiende por todo el país, si la policía recurrirá a la violencia en caso de que la junta electoral declaré el desalojo de las zonas acampadas (no hay que olvidar que nos encontramos ante unos hechos al margen de la legalidad) e ilusionado ante la posibilidad de vivir, por fin, algo que marqué nuestra historia y de lo que podamos formar parte (que para que quiebre la bolsa ya están otros)

¿Es el momento del cambio?


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Siento la extensión de esta primera entrada, pero realmente es un tema que me apasiona. Ante todo, bienvenidos a esta rama del blog de Navatic que gestionaremos Threes y yo, JimmyAttitude, donde escribiremos sobre cualquier temática, color o pensamiento sobre el cual tengamos una alabanza, crítica o amenaza. 

Enjoy, Swag, skills and punchlines!